Este el el Blog del I.E.S. Valle de los Nueve para trabajar la Comprensión y Expresión lectora con los alumnos y alumnas del centro dentro de las pautas marcadas por el Plan Lector.
viernes, 14 de septiembre de 2012
viernes, 7 de septiembre de 2012
Dpto. Lengua Castellana y Literatura. EL NEOCLASICISMO CANARIO: LA ILUSTRACIÓN. S. XVIII
A lo largo del siglo XVIII se produce en Canarias un enorme auge económico, debido al comercio llevado a cabo con Europa (Inglaterra, Francia, Portugal, Paises Bajos, etc.). Este auge económico trajo aparejado el auge cultural de las Islas, llegando aquí directamente de Francia las ideas revolucionarias d e la Ilustración.
Como producto de este resurgir económico y cultural, Canarias tendrá figuras capitales en el terreno literario. Unos, como Cristóbal del Hoyo y sobre todo el más avanzado para su época, que fue José de Viera y Clavijo. Fuertemente influidos por Benito Jerónimo Feijóo, propagan sus ideas desde Canarias. Otros como José Clavijo y Fajardo y los hernamos Iriarte lo hacen desde Madrid.
Su Carta de la Corte de Madrid, es un alegato contra la corrupción de las altas esferas, y también un perfecto diagnóstico sobre las causas de la decadencia generalizada de aquella época. Este texto supone un documento clave para conocer el cambio de mentalidad de la burguesía de Madrid. Y en el desarrollo de esta obra se puede ver la influencia de las ideas de Feijóo. Mientras que en sus poemas es clara y evidente la presencia de Luis de Góngora. Su Soneto al Teide configura otro de los mitos de la literatura canaria, el ‘mito del Teide’ o ‘del volcán’, de gran continuidad en la literatura posterior. Otro poema destacable de los más de 60 que escribió es Soledad escrita en la isla de Madera.
La poesía de Cristóbal del Hoyo está inscrita dentro del estilo barroco y está surcada por la vivencia del autor, una vida azarosa y llena de conflictos amorosos y de actuaciones ilícitas contra las rígidas normas del Santo Oficio y contra la nobleza, por lo que, en muchas ocasiones, el mensaje poético se torna tan vívido, expresivo y emocionante, como pocas veces se puede hallar en la poesía española anterior al romanticismo.
Montaña de Doramas deliciosa,
¿Quién robó la espesura de tus sienes?
¿Qué hiciste de tu noble barbusano?
Tu palo-blanco ¿qué gusano aleve lo consumió?
Yo vi el honor y gloria de tus tilos caer sobre tus fuentes…
Otra obra suya destacable fue Los vasconautas (1766). Se trata de un poema irónico en cuatro cantos, dotado de una peculiar intertextualidad con respecto a la Divina comedia de Dante Alighieri, pues el protagonista desciende a los infiernos de la mano del caudillo aborigen Doramas, y cuyo interés radica en la especial fusión de elementos históricos y mítico-fantásticos sin apartarse del talante ilustrado de la época.
La poesía didáctica está representada por curiosos títulos como Las bodas de las plantas, Los aires fijos, Al globo aerostático, Las cuatro partes del día, etc.. Escribió, además, una tragedia de corte neoclásico, La vida de Santa Genoveva, y una novela, La vida del noticioso Jorge Sargo, que escribió a los doce años. José Clavijo y Fajardo (Teguise- Lanzarote 1726-1806) es una de las principales figuras de la Ilustración en Canarias. Formado inicialmente en Las Palmas (Leyes, Humanidades y Teología), a la edad de veinte años llega a Madrid, ciudad en la que empieza a destacar por la defensa de las ideas ilustradas más liberales. Lo más relevante de su obra es la publicación, desde 1762, del periódico El Pensador, verdadera plataforma para lanzar sus críticas a las costumbres de los españoles del siglo XVIII. Sucesos azarosos de su vida, por otra parte, quedaron inmortalizados en varias piezas teatrales de la época, entre las que destaca el Clavijo de Goethe.
La rana y el renacuajo
En la orilla del Tajo
hablaba con la rana el renacuajo,
alababan las hojas, la espesura
de un gran cañaveral y su verdura.
Mas luego que del viento
el ímpetu violento
una caña abatió, que cayó al río,
en tono de lección dijo la rana:
“Ven a verla, hijo mío:
Por de fuera muy tersa, muy lozana,
par dentro toda fofa, toda vana.”
Si la rana entendiera poesía,
también de muchos versos lo diría.
¡Qué despreciable es la poesía de mucha hojarasca!
En la orilla del Tajo
hablaba con la rana el renacuajo,
alababan las hojas, la espesura
de un gran cañaveral y su verdura.
Mas luego que del viento
el ímpetu violento
una caña abatió, que cayó al río,
en tono de lección dijo la rana:
“Ven a verla, hijo mío:
Por de fuera muy tersa, muy lozana,
par dentro toda fofa, toda vana.”
Si la rana entendiera poesía,
también de muchos versos lo diría.
¡Qué despreciable es la poesía de mucha hojarasca!
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